"La fuerza no siempre depende de nuestra capacidad,
muchas veces depende de nuestra voluntad".
Las emociones son ese diamante en bruto que debemos esmerarnos
por hacer de él una piedra bien tallada. No obstante, el ser humano se deja muchas veces arrastrar por las emociones sin detenerse siquiera a pensar
en las consecuencias.
Debemos aprender a manejar las emociones y a valorar nuestros propios logros, pero sobre todo, aprender a enfrentarnos a la envidia, a la ira, los celos y las frustraciones; reconociendo en todo momento nuestra fortaleza de poder ponernos en el lugar de quienes nos son diferentes.
Por supuesto, que el reemplazar pensamientos negativos por otros positivos
y aprender a evitar las inútiles comparaciones con los demás, es lo que hará que realmente estés aceptando los errores como parte del cotidiano vivir
del ser humano.
Aun así, los pensamientos críticos se pueden utilizar para evaluar algún procedimiento en busca de su mayor utilidad, enfocado en un beneficio
"en general", pero jamás deberán ser utilizados para evaluar a las personas,
a quienes debemos aplicar pensamientos de estima, aprecio, consideración, gratitud y ayuda.
Igualmente, para conservar una buena salud mental es necesario:
*- Alternar con otras personas.
*- Hablar a diario.
*- Evitar el aislamiento y
*- Buscar de distraernos.
Si no le damos el valor correcto a nuestras emociones, seremos pues entonces, los primeros perjudicados y no por los demás sino...
¡por nosotros mismos!
Todas las personas tienen ese valor que la vida les respeta y que nunca debe medirse con dinero, sino... con amor.
"El poder de la paciencia muchas veces supera a la fuerza". (Platon)
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