_El amor es un fuego (creencias)

El amor es ardiente.

No me explico ¿por qué? no solemos detenernos un instante a pensar en todo
lo que realmente es importante para nuestra vida, a pesar de que nuestro propósito siempre es optar por lo mejor. Pienso, que eso nos sucede, debido al hecho de la poca importancia que le damos a luchar con ahínco por conseguir su logro. 

Y porque nuestro tiempo lo dedicamos a aquello que ocurre alrededor
de nuestras vidas, preferimos muchas veces privarnos de las cosas que nos gustan antes de querer esforzarnos por las que nos benefician. 

Cuántas veces escogemos renunciar al amor que nos agrada sin antes eliminar la molestia o el estorbo que nos separa. Es decir, a lo más importante para nuestra vida, porque el amor no ocurre alrededor de ella, sino que nos llena de vida, nos energiza, nos hermosea y nos inunda de felicidad.

Por eso es necesario perdonar, pues así, se elimina lo que nos disgusta, no es para dar un premio inmerecido al otro, sino para disfrutarlo y para estar dispuesto a esforzarnos por conservarlo.

El amor es como un fuego que necesita ser encendido para que arda y luego avivado para que se expanda. El perdonar es otra forma de amar, una vez encendido su llama nunca se apaga.

El que ama nada pierde por amar; por el contrario quien no perdona la tristeza lo abate y se condena por no amar.

Jesucristo fue acusado, juzgado, golpeado y condenado, siendo inocente y nos enseño el perdonar. ¡Ellos no conocían el perdón! De ahí su invocación. Porque al perdonar prolongas el amor y todo lo que está a tu alrededor será lleno de bendiciones. Si tú estas bien eso lo reflejarás.

            

     

    Hoy elijo... su luz.

 (de: Isabel Soriano)

Cuando un deseo nos nace del corazón por algo bueno,

eso prueba; que eso que deseas, es tuyo.
Te toca ahora reclamarlo.

  I

Y plena de amor te digo:
Hoy, elijo perdonar.

Cada vez que en Dios confío.
Cada día al despertar. 

II

Lo he decidido y elijo

a su luz en mi mirar.
Cada día que sonrío,
que perdono al amar.

III

Es su luz la que me anima 

en su gran amor confiar.

Cada día de mi vida,

cada minuto al pasar.

IV

Le agradezco y confío
por su gozo y por su paz.

Es por eso, amigo mío.
Por eso ¡elijo brillar!

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