Muy al contrario de lo que hemos creído siempre, vivimos constantemente en soledad; la mayoría de nuestras acciones las realizamos solos como: nacer, dormir, respirar, comer y morir. Sin apenas darnos cuenta por ser seres sociables que compartimos nuestra vida con quienes nos rodean y eso, es lo que nos hace individualmente felices.
Cuando la soledad suele ser relacionada con el aislamiento y la infelicidad, ella tiene algo mítico e incomprensible que hace que esa realidad difiera de una persona a otra, no a todos nos afecta de igual forma. Algunas personas son inspiradas por su soledad, a otras las llena de tristeza y melancolía.
Podemos sentirnos bien en soledad como seres individuales que somos, el problema está cuando te sientes solo aún teniendo compañía. Eso genera temor por estar relacionada con el aislamiento y el abandono. Pero se usa es para reflexionar y hallar soluciones. Y también para liberarnos de tristezas e incomodidades.
De modo, que la soledad es nuestra intimidad donde debemos fortalecernos cuando algo anda mal, en ese tiempo que pasamos a solas se pueden crear cosas buenas, según las enfoquemos para crear amor y agradecimiento en nuestro interior. Espantando así al miedo y llenándote de amor, sin vanas escusas y sin trampas que te limiten acceder a la meta que todos aspiramos:
sentirnos bien con nosotros mismos y con los demás.
Nunca refugies tu dolor en la soledad, cuando te sientas triste úsala, solo para ayudarte en medio de cualquier adversidad para encontrar ese norte perdido y tener claridad en tu andar.
Ya que es ella quien tiene acceso a tu alma y sólo en ella puedes encontrar tu paz.
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